LA CENA DE ALBERT BOADELLA Y ELS JOGLARS – Ana Vara Gabella

El pasado 15 de mayo, presencié la nueva obra teatral de Albert Boadella, en el teatro Lope de Vega.La compañía que él dirige se llama «Els Joglars», es decir, «Los juglares» en catalán. Según ellos, los juglares tenían una función social y política: la de adoptar una actitud crítica mediante la ironía, poniendo el dedo en la llaga en todos los asuntos incómodos para el poder establecido; en este caso, del gobierno. Por ello, las obras de Els Joglars han sido tan aceptadas por la crítica teatral, y tan polémicas en lo político y social.

En esta obra, Albert Boadella nos hace ver críticamente el gran negocio del medio ambiente y la sangre fría de la política sobre un tema que incluye a toda la humanidad. Reprocha el constante objetivo de un consumo compulsivo (mediante el convencimiento de lo ecológico) y al mismo tiempo los amagos de lucha por un mundo sin contaminación.

La obra trata principalmente de una cena que España tiene que ofrecer, tras la celebración de una cumbre internacional sobre el medio ambiente, a la que asistirán grandes figuras de la política medioambiental para debatir sobre el cambio climático.

Los organizadores de esta cumbre (la Ministra de Medio Ambiente, principalmente) ponen todos los medios y su máximo interés en la cena de clausura, en la que ofrecerán recetas originales relacionadas con el tema para quedar bien ante los países invitados y para que la política medioambiental española se reconozca.

El menú de la cena estará a cargo de un gran genio mundial de la cocina climática cuya fama parece indiscutible. Las especiales y costosas condiciones que exige el genio son aceptadas pacientemente por los ayudantes con el fin de crear un antes y un después de la esperada cena. El gran chef, mediante diálogos con sus cocineros, nos desvela su teoría: tenemos que salvar la tierra y los vegetales son productos que nacen directamente de ella; por lo tanto, al ingerirlos y arrancarlos, estamos dañando el medio ambiente más que en ningún otro caso. Por el contrario, observa que existe demasiada carne en nuestro planeta, de la cual nos tenemos que deshacer. Tal y como dicen, el ser humano es el animal más dañino del mundo para el planeta Tierra; con lo cual, su conclusión más acertada sería el canibalismo. De esta manera, cada vez contaminaríamos menos.

Esta obra es una burla, mediante un lenguaje rimbombante, del exceso de ciertos defensores del medio ambiente y del apocalipsis del cambio climático.

En mi opinión, la obra supo tratar los temas y defender sus ideales a la perfección, y eso que con mi edad no estoy acostumbrada a tales acontecimientos y palabrerías. Pero la esencia y la dramatización de la obra la puede entender cualquiera que tenga un buen espítitu crítico y ganas de reírse.